Incrementando rentabilidad y utilidades sin comprometer más capital

Las dos vías tradicionales mediante las cuales se crece un negocio, crecimiento orgánico y crecimiento por adquisiciones, en términos generales comparten un requisito: inversión en activos.

Cuando crecemos nuestro negocio orgánicamente, construimos activos productivos nuevos; cuando crecemos mediante adquisiciones (también llamado crecimiento inorgánico), los compramos en funcionamiento. Esta situación es igual ya sea si son activos físicos como fábricas o maquinaria, o intangibles como información o habilidades (RRHH); y en cualquiera de los dos casos, el negocio los posee. Sin embargo, es precisamente el hecho de poseer esos activos lo que hace que estas estrategias tradicionales de crecimiento sean poco atractivas; se requiere hacer la inversión por adelantado, pero los retornos llegan después, muchas veces mucho después. Peor aún, hay muchos casos en los que se requiere hacer una inversión en un activo necesario para el negocio que por sí mismo es muy poco rentable. Por lo tanto, desde el punto de vista de los dueños (accionistas) de un negocio, mediante el uso tradicional de estos métodos, en términos generales, crecer requiere de una importante reducción en flujos, por lo menos mientras los activos generan utilidades para recuperar la inversión original. ¡Ese viaje alrededor del mundo va a tener que esperar!

Afortunadamente, existe otra manera de crecer, una estrategia que evita la carga inicial en flujos de la inversión por parte de los accionistas (ya sea en forma de uso de utilidades no distribuidas o aportaciones adicionales de capital), no obstante, incrementa las utilidades y por lo tanto la rentabilidad del negocio sin la necesidad de comprometer flujos de efectivo por adelantado. La vieja estrategia, llamada crecimiento apalancado, inicia con la idea de que no es siempre necesario poseer los activos requeridos para crecer. Cabe mencionar que, en este contexto en particular, cuando me refiero a apalancamiento me refiero al apalancamiento del tipo financiero (usar dinero de otros) y no al operativo (economías de escala).

Cuando un negocio utiliza apalancamiento financiero, tiene más recursos económicos disponibles para invertir y por lo tanto incrementar sus utilidades. A cambio de lo anterior, debe pagar un costo financiero, normalmente en forma de intereses, aunque no siempre es el caso. Lo anterior, sin necesidad de comprometer más capital propio por parte de los accionistas.

Caso de Estudio #1

Analicemos una transacción muy simple y típica desde dos puntos de vista:

Sandra y Ale están ambas buscando comprar una casa para remodelarla y venderla. Una de las casas disponibles cuesta $4’000,000 y la remodelación $1’000,000 por un total de $5’000,000. Ambas cuentan con el suficiente capital disponible para hacer la inversión completa. Sandra planea hacer toda la inversión con su propio dinero, mientras que Ale planea tomar un financiamiento con garantía en la misma propiedad por el 75% de la inversión a un costo financiero total de 10% anual y el resto ponerlo de su bolsa. Ambas concuerdan en que el tiempo que demorará la remodelación y la venta sumados es de 12 meses y que la casa se podrá vender en por lo menos $5’500,000 después de ser remodelada. Por lo tanto:

A simple vista, podríamos pensar que Sandra hizo un mejor negocio, ya que generó $375,000 más de ganancia (utilidad) que Ale. Sin embargo, al revisar detalladamente la información, Ale decide comprar otras 3 casas y así utilizar sus $3’750,000 disponibles restantes para resultar en lo siguiente:

 

Al hacer uso del apalancamiento Ale logró generar 2.5 veces la ganancia que generó Sandra haciendo exactamente el mismo tipo de negocio con exactamente la misma cantidad de capital propio.

Evidentemente el ejemplo que les comparto es una simplificación de la realidad, pero nos puede dar una buena idea de lo que se puede lograr.

Pese a lo anterior, siempre es importante analizar las dos caras de la moneda. No todo es felicidad y el apalancamiento no siempre nos trae los resultados que esperamos. Existen varios riesgos asociados con las estrategias de este tipo, pero la mayoría se resume en variaciones de lo siguiente:

La posibilidad de no poder cubrir el servicio financiero en tiempo y forma.

Evidentemente, el caso mencionado es un extremo, pero puede afectarnos en mayor o menor grado. Cuando me refiero a servicio financiero, me refiero a la suma del principal + intereses en cualquiera de sus formas, como puede ser también el pago de arrendamiento financiero o un servicio contratado. Las causas de ese gran problema son en términos generales dos y son muy simples:

  • Retraso en la generación de flujos de efectivo por el activo objeto de inversión. Esta situación nos puede causar en el mejor de los casos, simplemente disminución en la rentabilidad total esperada (por causa de mayores costos financieros incurridos a los esperados) y en el peor de los casos, incumplimientos al pago de servicio financiero que culmine en multas o inclusive la pérdida parcial o total de las garantías asociadas.
  • Disminución en el retorno de inversión del activo objeto de inversión. Esta situación nos puede causar en el mejor de los casos, simplemente una disminución en la rentabilidad esperada (por causa de menores ingresos a los esperados) y en el peor de los casos, insuficiencia parcial o total de recursos para liquidar el servicio de financiero, culminando en pérdidas financieras e inclusive la pérdida parcial o total de las garantías asociadas.

Ambas situaciones se pueden aminorar con un sistema de decisiones de inversión responsable, que incluye conocimiento del negocio, experiencia operativa, conexiones adecuadas con las partes relacionadas en el proceso s a implementar, análisis y proyecciones cualitativas y cuantitativas, etc.

Caso de Estudio #2

En tiempos recientes una de las inversiones potenciales que viene a la cabeza de muchos es la inversión en asuntos relacionados con energía, ya sea la generación o eficiencia en el uso de esta, particularmente los sistemas de paneles solares.

Comprar un sistema de paneles solares hace mucho sentido en el largo plazo; es muy fácil entender que si compramos un activo que “se paga” (tiene un retorno del capital original invertido) en 3-5 años y tiene una vida útil de 25 años, es muy simplistamente, “buen negocio”. Lo que muy pocas veces los compradores analizan son las implicaciones de hacer la inversión, los cuales normalmente se ubican en una de las dos siguientes alternativas:

    1. Pago el sistema de contado con las utilidades de mi negocio.
    2. Solicito un crédito y con ello pago el sistema de contado.

Primero que nada, la decisión de comprar un sistema solar es excelente por si misma, pero con lo aprendido hoy, podemos tomar una decisión más rentable y con menos riesgos. Analicemos las alternativas presentadas:

    1. Estamos utilizando dinero que bien podría ser mejor invertido en el negocio que los generó, ya sea comprando más inventarios, una bodega nueva, contratación de RRHH, equipo de transporte o cualquier otro tipo de activo productivo. Estoy 100% seguro que una inversión en cualquiera de estas cosas sería mucho más rentable y segura (por experiencia/conocimiento de negocio) que comprar un sistema solar.
    2. Después de conocer las ventajas del apalancamiento financiero, suena a que es una excelente decisión, ya que efectivamente, los rendimientos de un sistema solar son mayores que lo que pudiera ser el costo financiero asociado y por lo tanto esperaríamos que nos genere valor en el tiempo. Sin embargo, al inspeccionar los principales riesgos asociados con el uso del apalancamiento financiero que conversamos previamente, podemos identificar dos puntos críticos:
      1. Potencial Retraso en la generación de flujos de efectivo por el activo objeto de inversión. No conozco de pies a cabeza el proceso de obtención de insumos (precios, marcas, tiempos, etc.), ingeniería, construcción, puesta en marcha e interconexión con CFE, lo cual me genera incertidumbre en la fecha en la que iniciaré recibir beneficios de mi inversión.
      2. Potencial Disminución en el retorno de inversión del activo objeto de inversión. No conozco de pies a cabeza la tecnología, por lo tanto, no tengo manera confiable de verificar que lo que mi proveedor me indica que el sistema me va a ahorrar (por motivo del consumo que el sistema será capaz de desplazar y por lo tanto le dejaré de pagar a CFE) será cierto y por lo tanto me genera incertidumbre respecto al retorno de inversión real del activo.

Si ninguno de los dos caminos es adecuado, entonces, ¿qué hacemos? En Banverde hemos diseñado el producto ideal para poder tomar ventaja del apalancamiento sin necesidad de incurrir en los riesgos mencionados:

    1. Banverde absorbe el riesgo de tiempo. Banverde conoce los procesos, cómo funcionan y cómo optimizarlos. Tanto así que ofrece a sus clientes hacer su primer pago posterior a que el sistema está funcionando y generando Beneficios.
    2. Banverde absorbe el riesgo tecnológico. Banverde conoce perfectamente la tecnología y se asegura siempre tener los más altos estándares de calidad para generar la cantidad de energía que se ofrece. Tanto así que ofrece a sus clientes devolverles la diferencia en caso de que el sistema genere por debajo de lo indicado en el contrato.

Entra a WWW.BANVERDE.COM y encontrarás la mejor solución para incrementar las utilidades de tu negocio sin hacer uso de tu valioso capital, además haciéndote de un sistema solar en el proceso.

By: Agustín Medina, Director de Finanzas Banverde.